Película francesa “El Imperio” es una bizarra sátira galáctica a lo “Star Wars”
Estrenada en Chile en el Festival Sanfic, la última cinta del director Bruno Dumont propone una alocada, disparatada y hasta desquiciada sátira social.
Una apacible playa en la costa de Pas de Calais, en el norte de Francia. Un pueblo tranquilo y bucólico, de esos en los que todos se conocen y suele no pasar nada. Un lugar en que la máxima aventura puede ser ir al mercado de frutas y verduras un día domingo.
Lo que nadie sospecha es que ahí se desarrollará de un momento a otro una batalla entre el Bien y el Mal de proporciones galácticas.
Todo empieza cuando se encuentran Line (Lina Khoudri) con Joni (Brandon Vlieghe) y ambos se reconocen como miembros del mismo grupo, los Ceros, que haciendo uso de ‘apariencia humana’ están a la espera de que Freddy, el bebé de Joni, sea ungido como Rey o Emperador de la Galaxia, al parecer como líder supremo de un virtual lado oscuro.
Es un plan en el que encontrarán la oposición de los Unos, comandados por Jane (Anamaría Vartolomei), una suerte de sexy princesa Leia que junto a sus huestes, también ocultos tras apariencia humana, tratarán de impedir que Freddy caiga en malas manos.
Así las cosas la lucha es inminente, y se ha de desarrollar sin tregua, salvo por un detalle: Entre el ‘malvado’ Joni y la aguerrida Jane, surge una inequívoca y flamígera atracción, que de alguna forma instalará una tensión más, imprevista, y que alterará los planes iniciales de cada grupo.
En medio de esta vorágine, el pueblo seguirá haciendo su apacible y monótona vida, mientras el destino de la galaxia se decide entre el mar, la playa, las dunas y el caserío.
“El Imperio” (L’Empire, 2024), del director francés Bruno Dumont, es una alocada y mordaz sátira a la eterna lucha entre el Bien y el Mal, que han instalado a nivel de cultura pop cintas icónicas como “Star Wars”, aunque sin duda las intenciones de Dumont van más allá.
Para esto se sirve de una historia que no elude el absurdo y las autorreferencias, sin perder el eje de una historia que propone un claro discurso humanista condimentado con una historia romántica.
La estética del filme no desconoce el objeto de su fuente (Star Wars), e instala una lograda batería de efectos especiales propios de una superproducción hollywoodiense de ciencia ficción.
Salvo que aquí las naves son descomunales catedrales góticas, con vitrales y todo, y enormes palacios, a lo Versalles, con jardines incluidos, que surcan el espacio sideral como naves nodrizas.
Todo por cierto trabajado con un sentido de lo ingenuo que reafirma su impronta de sátira, ya que claramente Dumont no se toma en serio el asunto. No obstante la cinta evita tomar un tono ridículo y se trata a sí misma con bastante seriedad.
“El Imperio” es un filme gracioso, lúdico, juguetón y a la vez mordaz y crítico, que difumina los límites y fronteras entre buenos y malos para que nos cuestionemos estos conceptos a la luz de la naturaleza humana, depositaria de ambas “fuerzas”, por usar un término impuesto por “Star Wars”. Y lo hace de una forma disparatada y cómica, por momentos desquiciada, pero en el fondo muy seria, mordaz y humanista.
“El Imperio” (L’Empire, 2024). Dirección de Bruno Dumont. Guion: Bruno Dumont. Fotografía: David Chambille.
Con: Brandon Vlieghe, Lina Khoudry, Anamaría Vartolomei, Camille Cottin, Fabrice Luchini, Julien Manier, Bernard Pruvost, Philippe Joré.
Trailer https://youtu.be/P3g4Ou3IkeE?si=UdlyYHrVrCsVvAAy